viernes, 9 de abril de 2010

MORIR O SER ASESINADO

En el mes pasado e inicios de este mes de Abril, estuvimos celebrando dos acontecimientos históricos muy importantes, la Semana Santa y el asesinato de Monseñor Romero, hay algo que siempre me ha llamado la atención, y que son un factor común en ambos acontecimientos, y es la confusión en el uso de los términos morir y ser asesinado.
Por un lado en la Semana Santa se celebra el memorial de la Pasión de Jesús, y la reflexión popular lo reconoce como la muerte de Jesús en una Cruz. Hagamos memoria de dicho acontecimiento: lo que sucede es que Jesús ha venido predicando una forma muy particular de la Presencia y Acción de Dios, acción que le llevara a meterse en problemas con las autoridades político-religiosas de su tiempo; entrando en contradicción con la doctrina oficial, razón por la cual las autoridades deciden eliminarlo; y la forma de hacerlo fue acusarlo de un crimen que mereciera la muerte. Pero la única autoridad que podía decretar la pena de muerte era el Procurador Romano, es presentado ante dicha autoridad y se le hace una acusación religiosa: el de proclamarse hijo de Dios; ante tal acusación el Procurador no ve motivo para dicha pena mandándolo a castigar (flagelándolo) de forma violenta para después dejarlo libre; las autoridades judías al ver la posible liberación del acusado deciden cambiar la acusación, y le acusan de proclamarse rey de los judíos dándole un giro a la primera acusación, se pasa de un juicio religioso a un juicio político, haciendo que el procurador romano no le quede otra salida más que la de condenarlo a muerte y muerte de cruz, que dicho sea de paso era la muerte dada a los criminales de peor rango o a los revolucionarios, llevándolo hasta el monte Gólgota y lo matan crucificado.

El otro caso fue el de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, el cual es nombrado Arzobispo de San Salvador en una época bastante convulsionada políticamente; y al encontrarse forzosamente inmerso en la realidad tiene que tomar opción, y lo hace por los más pobres, que en ese momento histórico era el pueblo organizado, el reprimido y el explotado. Llevando una reflexión desde las Homilías de denuncias de dichas acciones contra la población pobre, convirtiéndose en voz de los sin voz. Convirtiéndose en un personaje incomodo para las autoridades de su tiempo los cuales deciden matarlo, concretizando dicha acción en la celebración de una misa.

En ambos casos es necesario saber distinguir entre morir y ser asesinado. El termino morir nos lleva a reflexionar que es de forma un tanto tranquila, se muere de viejo, se muere de enfermo. Por otro lado el termino morir asesinado conlleva violencia, que se le quita la vida. En ambos casos hay una acción violenta de arrebatarle lo más preciado para el ser humano “la vida” Y es ahí donde radica la diferencia entre morir y morir asesinado y las causas de el por qué se les quito la vida; en ambos casos las causas fueron el bienestar de los seres humanos que están siendo privados de su humanidad, de los que se les está violentando sus derechos, que en síntesis son los más pobres.

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